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6º Ferrández Cruz 18/19

G/ Sarah Goodridge

Actualizado: 21 may 2019



Sarah Goodridge (5 de febrero, 1788 – 28 de diciembre, 1853) fue una una pintora estadounidense que se especializó en los retratos en miniatura.

La formación académica de Sarah fue la que sus padres buenamente se pudieron permitir, ya que era la sexta hija de una humilde familia campesina. Pero para sus estudios artísticos, la joven se valió casi al completo de su propia tenacidad y capacidades. Fue casi al cien por cien autodidacta , y en diversas ocasiones no contaba con los recursos suficientes para comprar papel, por lo que dibujaba sobre superficies diversas, como por ejemplo en el reverso de la corteza de ciertos árboles.

Con 32 años, cuando inició su verdadera travesía artística:

Tras mudarse a la bulliciosa ciudad junto a su hermana Eliza, comenzó a asistir formalmente a clases de dibujo y pintura y a dedicar su tiempo libre a realizar retratos de proporciones diminutas pero de una calidad, exactitud y delicadeza completamente asombrosas. Al llevar pintando y dibujando toda su vida, sus conocimientos eran más empíricos que teóricos, y pese a no contar con demasiada formación previa sus habilidades deslumbraron a la población estadounidense. Gracias a ello, obtuvo sus

primeros patrocinadores y tras eso los clientes comenzaron a llegar uno tras otro.

Una mujer luchadora

las gentes interesadas en contratarla para que los plasmara en sus deliciosas acuarelas nunca cesaron sus pedidos.

Las miniaturas de Sarah Goodridge eran pintadas sobre materiales como la madera y, más adelante, el marfil. Para masterizar esta práctica recibió clases especializadas. Paso a paso fue amasando una pequeña fortuna de la que, como es natural, se enorgullecía profundamente, y con ella sustentaba la economía de su gran familia y la suya propia sin preocupaciones. Nunca se casó, ¡no tuvo la necesidad!

Belleza revelada

Entre sus mejores y más sugestivas acuarelas se encuentra una que quizá hayas visto alguna vez: Belleza Revelada. Un trabajo sobre marfil encapsulado en una cajita forrada en tela roja, expuesto en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York y que contiene una profunda e interesante historia detrás.

La miniatura muestra los pechos de la propia Sarah, expuestos por completo ante el espectador.

Y por si te lo preguntas: el poseedor fue Daniel Webster, un senador de Massachusetts de gran popularidad de quien Goodridge estuvo enamorada durante décadas. Cuando la esposa de Webster falleció, Sarah decidió hacerle un regalo de índole personal (quizá demasiado) y también mucho más atrevido de lo que cualquiera hubiese esperado de una dama como ella. Así que se puso manos a la obra y pintó Belleza Revelada.

Final de su carrera

Lamentablemente, con 62 años Sarah empezó a perder la vista a una gran velocidad, por lo que no tardó ni un año en darse cuenta de que su trabajo como miniaturista había tocado a su fin. Se jubiló y, dos años después, falleció en su casa de Reading, Massachusetts.

Sarah Goodridge fue una mujer adelantada a su tiempo, una dama respetable que excavó su propio camino con ánimo y constancia, sin detenerse por nada ni por nadie. Dedicó su vida a hacer lo que más le gustaba en el mundo, y solo esa ilusión sincera,

unida a su talento y esfuerzos como mujer independiente y trabajadora, la hicieron marcar la diferencia y descubrir que otra realidad, en efecto, era posible.


Resumen realizado por SERGIO ANTÓN HERNÁNDEZ

6º de Primaria CEIP Ferrández Cruz


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