A lo largo de la edad media fueron muchas la mujeres que tras los muros de los conventos dedicaron su vida al estudio y a la iluminación. Como muchas monjes su nombre se perdió en los libros. Aunque algunos de ellos ha sobrevivido . Ese es el caso de una mujer que inmortalizó su nombre y su retrato en un salterio de finales del siglo XII o principios del XIII conservado en el museo de arte Warte de Baltimore,en Estados Unidos, donde aparece retratada columpiándose cogida a una gran letra Q y con su nombre escrito sobre sus hombros. Con la melena suelta y una actitud desenfadada, Claricia gravó así su nombre para la historia. Claricia o Clarica fue una joven, posiblemente una estudiante que no era monja, o aun no lo era, que dedicó parte de su vida en un monasterio alemán a ilustrar libros ,
El salterio de Claricia fue producido para un grupo de monjas benedictinas y, probablemente por ellas mismas, se añadieron varios textos y oraciones a mediado del siglo XIII. Lo más llamativo del manuscrito son sus iluminaciones, que incluyen un ciclo de miniaturas preliminar, miniaturas a toda página e iniciales historiadas. Aunque todas pertenecen al estilo románico, varían mucho en calidad y técnica: parecen ser la obra de tres o cuatro artistas diferentes.
Resumen realizado por DANIEL CHENG-LIN 6º de Primaria CEIP Ferrández Cruz
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